lunes, diciembre 17, 2018

Winter, de Marissa Meyer



MEYER, Marissa. Winter. V&R Editoras. 856 páginas.  
★★★

Seguimos con las Crónicas Lunares. En este caso, les traigo mi comentario sobre el último libro de la saga. Nos habíamos quedado en Cress, durante la cual los personajes se ven envueltos en diferentes problemas. El más grande de ellos: ¿cómo rayos harán para derrocar a la terrible reina Levana y rescatar a todo el planeta Tierra sin morir en el intento?

Winter toma su título precisamente de la princesa Winter, hijastra de Levana. Es una chica dulce y amable que no parece encajar para nada con el resto de los habitantes de Luna. Además, es alguien que ha tomado la decisión, voluntaria y consciente, de no utilizar su don, y eso le ha traído consecuencias: es víctima de alucinaciones que cada vez se vuelven más graves. Winter es un personaje interesante, con una mezcla de inocencia, astucia y corazón que hacen que me caiga bastante bien.

Ahora, esta última parte de la historia te va llevando de la mano hasta el final. Personalmente creo que le falta un poco de fuerza a este final, precisamente. Me gustó mucho más Cress, quizá porque es el libro en el que realmente se ponen buenas las cosas y cuando se ve mayor desarrollo en los personajes y en la historia, pero este final no estuvo mal, de hecho creo que es bastante apropiado para toda la historia. Aún hay algunos cabos sueltos, desde mi perspectiva.

Ahora, este último comentario es algo cien por ciento personal: tras leer la historia, me quedé pensando en que es demasiado heterosexual y predecible en el sentido de las relaciones de los personajes... ¿supongo que esa es la esencia que mantiene de los cuentos de hadas? No que eso esté mal, pero últimamente he leído tantas historias con personajes LGBT+ que, de pronto, regresar a las historias heteronormativas, se me hizo súper raro. Dénme más inclusión, por favor. (O, lo que es casi igual: make it gay, you cowards!).

Después de leer Winter, me quedé con ganas de leer más de los personajes de las Crónicas Lunares, así que leí Stars Above, que es una pequeña antología con relatos cortos de los personajes de la saga. Disfruté mucho leyendo sobre la vida de estos personajes antes de toda la historia. En especial me gustó mucho la historia de Wolf y la del final, que también se centra en él y en Scarlet. De hecho, ellos dos son mis personajes favoritos de toda esta historia.

En general, creo que las Crónicas Lunares están bien. No son mi YA favorito y tampoco entra en mis lecturas favoritas de este año, pero están bastante entretenidas. A pesar de que los libros iban haciéndose cada vez más grandes, el ritmo era súper fluido y no es una lectura que se vuelva pesada, al contrario. Eso lo considero un gran acierto, porque hacen que quieras leer más para saber cómo rayos se resuelve todo.

Marissa Meyer logró interesarme. Creo que su forma de reinterpretar a los personajes de los cuentos de hadas es buena. Al menos a mí me gustó. Con cada título me preguntaba cómo iba a hacer de Cenicienta, Caperucita Roja, Rapunzel y Blancanieves personajes que encajaran en este mundo futurista en el que se desarrolla la historia y, de alguna manera, Meyer lo consigue y eso, me parece, es de aplaudirle.

Aún hay algunas historias que tengo pendientes de todo este verse, pero, por ahora, me daré un descanso de estos personajes.

lunes, diciembre 10, 2018

Booktag: Libros deseados



Como últimamente no he estado muy activa, busqué algunos booktags que podría hacer y encontré este Butterfly Kisses. Es un tag de hace algunos años, pero me pareció interesante. Este booktag tiene una mecánica sencilla: sólo hay que responder una serie de preguntas relacionadas con nuestra infinita lista de libros que queremos leer. Me tomé algunas libertades para reestructurar las preguntas y agregar unas más.

1. ¿Qué libro ya publicado deseas tener?

La lista es enorme, pero últimamente quiero tener unas ediciones preciosas que Alianza está sacando. Me enamoré de las ediciones que sacaron de las hermanas Brontë por el centenario de Emily. Es que, sólo véanlas:



2. ¿Qué libro que aún no se publica deseas tener?

La trilogía Dreamers de Maggie Stiefvater. Es una trilogía que tiene como protagonista a Ronan Lynch, uno de los personajes secundarios de The Raven Cycle y mi favorito de esta saga. Desde que Stiefvater publicó la noticia de que estaba trabajando en una nueva obra, centrada en Ronan y en su habilidad como soñador, he estado muy entusiasmada al respecto. Maggie da actualizaciones de vez en cuando, en sus redes sociales, sobre el progreso de la obra. Dice que está en fase de edición del primer libro y yo ya quiero tenerlo en mis manos.

( x )


3. ¿Qué libro desearías que tradujeran?

Ay, Annie on My Mind, de Nancy Garden {reseña} Es un libro muy bello que, me parece, más personas deberían leer. Yo lo amé mucho y ya he dicho que mi visión sobre él está muy sesgada precisamente por eso y no soy realmente objetiva al hablar de él, pero es en serio cuando digo que sería bien lindo si más personas lo leyeran, en especial si les interesa el contenido LGBT+

4. ¿Qué libro deseas tener sólo por su portada?

Culpo a bookstagram por todos los libros que quiero tener precisamente por este detalle. ¿Han visto cómo las editoriales parecen estar a mitad de una lucha por ver quién publica la portada más bella? El otro día justamente vi una fotografía con una portada bellísima de Jamaica Inn, por Daphne du Maurier (edición de Virago, una editorial que, además, sólo publica libros escritos por mujeres), uno de los libros que llevo años queriendo leer. De hecho, he querido leer a du Maurier desde hace mucho, sólo que no se ha dado la oportunidad. Miren, ésta es la portada:


5. ¿Qué libro deseas leer por su sinopsis? 

Los restos del día, de Kazuo Ishiguro:

Inglaterra, julio de 1956. Stevens, el narrador, durante treinta años ha sido mayordomo de Darlington Hall. Lord Darlington murió hace tres años, y la propiedad pertenece ahora a un norteamericano. El mayordomo, por primera vez en su vida, hará un viaje. Su nuevo patrón regresará por unas semanas a su país, y le ha ofrecido al mayordomo su coche que fuera de Lord Darlington para que disfrute de unas vacaciones. Y Stevens, en el antiguo, lento y señorial auto de sus patrones, cruzará durante días Inglaterra rumbo a Weymouth, donde vive la señora Benn, antigua ama de llaves de Darlington Hall. Y jornada a jornada, Ishiguro desplegará ante el lector una novela perfecta de luces y claroscuros, de máscaras que apenas se deslizan para desvelar una realidad mucho más amarga que los amables paisajes que el mayordomo deja atrás.

6. ¿Qué libro deseas leer porque tiene buenas críticas?

Circe, de Madeline Miller. Leí The Song of Achilles y me gustó lo suficiente como para considerar leer más de la autora. No lo considero una prioridad, pero el libro ganó la categoría de Mejor libro de fantasía de este año en Goodreads, así que eso hace que me den más ganas de leerlo para ver qué tal.

7. ¿Qué libro deseas leer porque conoces (y te gusta) a su autor/a?

All the Crooked Saints, de Maggie Stiefvater. De esta autora sólo he leído la (ya mencionada) saga The Raven Cycle, incluyendo Opal, la historia corta de uno de sus personajes. Y no sé, hay algo en su estilo, en los temas que toca y en la forma como escribe que me gusta mucho. All the Crooked Saints es un libro que he querido leer desde hace mucho y que ya tengo en mi poder, pero aún no me he dado el tiempo para empezarlo. Además de que se lee interesante, la portada es una belleza. 



8. ¿Qué libro deseas que más personas leyeran?

Mi novela. Dreams from the Witch House: Female Voices of Lovecraftian Horror, la antología que reseñé este año. Es un libro que contiene 19 cuentos escritos sólo por mujeres, todos alrededor del tema lovecraftiano: personajes y criaturas de H.P. Lovecraft, emociones, sensaciones de horror muy similares a las que produce este autor en su obra. Creo que muchas más personas deberían darle una oportunidad a todos estos textos. Mi reseña la pueden leer por acá.

9. ¿Qué libro deseas leer porque parece perfecto para ti?

All Out: The No-Longer-Secret Stories of Queer Teens throughout the Ages. Es una antología de relatos cortos con personajes queer. Y. Yo. La. Quiero. Leer. De hecho, quiero leer todo lo que sea queer because of reasons.



10.  ¿Qué libro deseas que te obsequien por tu cumpleaños?

Son muchos, la veerdad. Tengo una Wishlist y mi cumpleaños es el 10 de enero *wink wink*


¿Y cuáles son los libros que ustedes desean?

sábado, diciembre 01, 2018

Cress, de Marissa Meyer



MEYER, Marissa. Cress. V&R Editoras. 584 páginas. 
★★★★

Hace tiempo que este libro estaba en mi poder, pero por una u otra razón, no me daba el tiempo para leerlo. De hecho, quizá hubiera pasado un buen rato antes de decidir leerlo si no es porque varias personas en Instagram me sugirieron que lo leyera porque era el mejor de la saga.

Cress es la tercera parte de las Crónicas Lunares, una historia que mezcla los cuentos de hadas reinterpretados con algo de ciencia ficción en un YA de 4 libros y algunos relatos cortos. Esto seguramente ya lo conocen y, posiblemente, si están leyendo esta reseña es porque ya han leído, al menos, hasta este libro. Así que no voy a ahondar mucho aquí y pasaré a lo demás:

Esta tercera parte tiene su nombre en Cress (Crescent Moon), una chica que ha vivido encerrada en un satélite y cuyo trabajo es ser hacker y espía de la reina Levana de Luna. Esta Rapunzel reinventada ha sido testigo de lo que han hecho los habitantes de Luna. Ahora, Cress es un personaje que aparece brevemente en otro de los libros, es ella quien se pone en contacto con Cinder para avisarle sobre parte de los planes de Levana.

En fin, en esta parte de la historia, Cress pasa a formar parte del equipo Cinder después de que intentan rescatarla de su satélite. Y digo intentan, porque las cosas no resultan como esperan y, al final, el equipo se separa durante un buen rato. Es gracias a esa separación que los personajes se ven en la necesidad de modificar sus planes para derrocar a Levana del trono en Luna y terminar con el conflicto que existe entre Luna y la Tierra. También, ese suceso ayuda a que se dé un cambio y desarrollo entre los personajes y sus relaciones. 

Comencé a leer Crónicas Lunares hace 3 años y si bien me pareció una historia entretenida, no me provocó la emoción que a otras personas. Decía anteriormente que en Instagram hubo algunas personas que me animaron a leer Cress y que me aseguraron que era el mejor libro de la saga. Cress es un libro que disfruté mucho, se me pasó muy rápido y sí, también es el libro que más me ha gustado en la saga.

Si hay algo que ocurre en Crónicas Lunares, es que los personajes tienen una evolución que se hace evidente en cada libro, pero Cress tiene esos pequeños grandes detalles que obligan a los personajes a tomar decisiones todo el tiempo. Eso es algo que me gustó: es un libro muy dinámico y fluido y si bien el personaje de Cress no es mi favorito, creo que entre su inocencia y su determinación, sí es un personaje al que tengo en buena estima.

Hay más que quisiera decir sobre la saga en general, pero me esperaré a la reseña de Winter para hablar de ello. Por lo pronto, pueden leer las reseñas de Cinder y Scarlet en el blog.


lunes, noviembre 19, 2018

La verdad tras los secretos (fragmento)



¡Hola! Uff, estos días han sido una locura y no me había dado el tiempo para compartirles esto. Desde hace un mes, más o menos, les he hablado sobre mi novela y esto y aquello. Les había comentado en esta entrada, que la novela existe impresa y que iba a esperar a después del 11 de noviembre para hablar sobre distribuirla. 

No les hago largo el cuento y sólo les comento que no me fue como esperaba en la venta de libros durante el evento al que fui, así que tengo muchos aún, para aquellos interesados en adquirir una copia física. Sin embargo, aún estoy poniendo en orden muchas cosas antes de anunciar lo de su venta (que seguramente será sólo dentro de México, por lo pronto), y también estoy en lo de hacer el ebook para comenzar la venta digital. 

Mientras tanto, quisiera compartirles un adelanto de la novela: las primeras páginas del primer capítulo. Me gustaría que le echaran un ojo y fueran viendo de qué va más o menos, antes de decidir comprarla. 


PARA LEER EL FRAGMENTO

sábado, noviembre 03, 2018

National Novel Writing Month



Seguramente muchos lo saben, pero para aquellos que no, les cuento: noviembre es el mes del National Novel Writing Month, conocido sólo como NaNoWriMo o NaNo. Es un evento internacional en el que escritores de todo el mundo intentan cumplir con la meta de escribir una novela de al menos 50 mil palabras durante los 30 días del mes de noviembre.

Desde hace unos dos o tres años, he intentado lograr la meta de las 50k palabras en el mes de noviembre, pero he comprobado que este mes es el peor para mí. Es cuando más trabajo tengo, cuando más pendientes debo completar o cuando algo ocurre así de improviso, y nunca paso de las 10k en mis proyectos del NaNo. Creo que también influye mucho el hecho de que mis decisiones de participar en el evento son de último momento y termino escribiendo algo sin mucho sentido.

Este año participé en el Camp NaNoWriMo, como les comenté en esta entrada de por acá. Es un evento similar al NaNo de noviembre, con la diferencia de que en el Camp, tú eliges la cantidad de palabras o el tipo de proyecto a terminar. En mi Camp de este año, mi meta fueron 25 mil palabras, que cumplí escribiendo relatos cortos y avanzando con otro proyecto. Algunos de esos cuentos los llevaré a la misma convención que mencioné en la entrada sobre el libro que escribí.

¿A qué viene la entrada de hoy? Pues verán, este año no participo en el NaNo otra vez, pero es más porque hace unas semanas tuve un problema por culpa del estrés (estaba súper tensa y me dolía todo, en especial la espalda y los brazos), y como no quiero estresarme, planeo mejor participar en el Camp del próximo año, quizá con 30 o 40 mil palabras. Aún no sé. Sin embargo, aunque este año no participo en el NaNoWriMo, sí quiero compartirles una parte que me gusta mucho de mi proyecto del año pasado, que aún está inconcluso.


Fragmento del NaNoWriMo 2017

En el camino que tomo para volver a casa después del trabajo, paso por una calle bordeada por un montón de árboles en los que viven cientos de pájaros. En días en los que salgo algo tarde, cuando el sol comienza a meterse, es posible escuchar el constante trinar de los pájaros que regresan a sus respectivos nidos después de un largo día. Mientras camino por aquellas calles, intento descifrar qué es lo que dicen las aves entre sus gorjeos airados y el batir constante de alas. Por alguna razón, me hacen pensar en las vecinas que teníamos cuando yo era una niña y cuyas voces siempre escuchábamos a lo largo del día. 

Aquellas mujeres vivían en la casa de al lado desde mucho antes de que yo naciera. Los recuerdos que tengo de ellas son de sus voces escuchándose a través de sus ventanas abiertas y que llegaban hasta nosotros desde el jardín. Recuerdo que sus voces eran el ruido de fondo en nuestros almuerzos y meriendas. No creo haber prestado atención a sus conversaciones en más de dos o tres veces, no por falta de curiosidad, sino porque cuando hablaban, lo hacían rápido, pisando las palabras de la otra de manera interminable, y pocas veces era capaz de entender qué era lo que había ocasionado la discusión en turno, porque la mayor parte del tiempo sus charlas eran más bien eso: discusiones. 

En algún momento del cual no estoy muy segura, sus voces dejaron de ser motivo de distracción para mí, así como al resto de mi familia parecía no importarle el constante barullo. A pesar de mi mente de niña curiosa, pronto pasaron a ser parte más del ambiente en la cocina, junto con los colores brillantes de las losas y el aroma de la comida preparada por mamá. Había días en los que no era consciente de sus voces hasta que alguna de mis hermanas reía por lo bajo o mamá murmuraba un “ay, Dios, ahí van otra vez”. 

Nunca supe sus apellidos y no estoy del todo segura de si los nombres con los que les hablábamos eran reales, pero para nosotros siempre fueron las señoritas Lina y Dunia. Así, juntas y en plural, porque era difícil hablar de ellas de forma singular, pues si no se la pasaban hablando casi al mismo tiempo, las veíamos salir juntas de su casa por las noches, y regresar por las mañanas con los brazos entrelazados, inmersas en una nueva discusión. 

Las señoritas Lina y Dunia eran dos mujeres más jóvenes que mamá pero definitivamente más grandes que mi hermana mayor, que para ese entonces, y a sus casi diecisiete años, ya me parecía un adulto. Lina era un poco más alta que Dunia, pero eso era algo que casi no se notaba porque Dunia solía usar zapatos de tacón, lo que la dejaban a la misma altura que Lina. Nosotros sabíamos que era más bajita porque las veíamos pasear por su jardín algunas mañanas, y en esos momentos Dunia parecía preferir sandalias y, en ocasiones, hasta ir descalza. Dudo mucho que otras personas supieran cuál era la verdadera diferencia de estatura entre las dos.

Nunca hablé mucho con ellas. Nuestras escasas conversaciones se limitaban a los buenos días o las buenas tardes, dependiendo de la hora en que nos encontráramos. A veces me preguntaban por mamá o por la escuela. Sé que les respondía y sé que, al final, nuestras conversaciones se convertían en una nueva discusión para ellas, quienes pronto se olvidaban de mí y continuaban su camino hablando entre palabras rápidas que nunca me esforzaba por comprender.

En una ocasión, las observé mientras salían de su casa, cuando el sol comenzaba a meterse. Creo que yo tendría unos diez años y aquella era una de esas tardes extrañas en las que prefería pasar tiempo con mamá a jugar con mis hermanas y mis primas, que se habían reunido en la calle para andar en bicicleta junto con otros niños. Dunia tenía el brazo entrelazado con el de Lina y charlaban en palabras bajas, sin signos aparentes de discusión. Mientras caminaban, Lina trastabilló y Dunia la sujetó con fuerza para evitar que cayera al piso. Pensé que alguna haría un comentario que las llevaría a una nueva riña. En vez de eso, Dunia puso los ojos en blanco y acomodó el vestido de Lina, que se había levantado un poco. Lina sonrió como nunca le había visto hacerlo, antes de ser ella quien entrelazara su brazo con el de Dunia y continuar con su camino hasta perderse en la acera.   

Ahora me doy cuenta de que eran personajes fuera de este mundo y que sus constantes discusiones eran su manera de expresar su afecto. Si bien no siempre prestaba atención a sus palabras, sí veía cómo se miraban una a la otra. Aquella ocasión en la que Lina casi tropieza fue solo la primera de muchas veces en las que las observé discretamente. Notaba sus sonrisas divertidas a mitad de las discusiones, como si esos momentos en los que intentaban callar a la otra hablando más fuerte o más rápido, formaran parte de algún extraño ritual que sólo ellas dos conocían. Incluso siendo niña comprendí que se amaban, de una forma que yo no había visto antes y que era poco convencional, pero entre ellas había amor. 

Lina y Dunia se fueron de la casa de al lado después de un tiempo, cuando yo tenía unos trece o catorce años. Se fueron por la noche como hacían siempre y en la mañana no pasó mucho tiempo para que notáramos su ausencia en el silencio extraño que nos acompañó en la mesa. Mis hermanas hicieron algún comentario sobre ellas; mamá respondió de la única manera como podría hacerlo: deseándoles lo mejor, en el lugar en el que estuvieran. Yo guardé silencio, pero pensé que, si estaban juntas, no importaba el lugar, porque siempre serían un plural y eso era lo que importaba. Nunca las volví a ver. 


Creo que por aquí son pocos los que han leído alguno de mis textos, así que: así es como escribo. Pronto les traeré también un fragmento de mi novela corta, para que sepan un poco cómo está narrada la historia y más o menos de qué va. En todo caso, recuerden que pueden agregarla a sus Wish to read de Goodreas si dan clic aquí. Y si hay alguien por aquí en pleno NaNo: ¡mucho éxito, ustedes pueden lograrlo!

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