Historias que giran alrededor de los personajes siendo LGBT+, hay varias. Algunas son de romance, otras son eróticas o de descubrirse a sí mismo; otras son del tipo
coming of age, centradas en el crecimiento del protagonista, desde su juventud hasta la adultez. No voy a hablar de ello. Más bien quiero hablar sobre lo importante que es la inclusión y visibilidad LGBT+ en historias de todo tipo, que no necesariamente sean clasificadas como LGBT+.
Muchas de los libros LGBT+ que he leído giran alrededor de la idea de ser parte de la comunidad. Tenemos historias en las que los personajes creen que son heterosexuales y, de pronto, se dan cuenta de que no lo son, y lo toman positiva o negativamente (
Maurice E.M. Forster.
Annie On My Mind, Nancy Garden,
El azul es un color cálido, Julie Maroh); historias en las que los personajes saben que no son heterosexuales, pero luchan con el miedo a enfrentarse al mundo (
Yo, Simon, Homo Sapiens, Becky Albertalli), y otras en las que ellos y el mundo saben que son
queers, y su historia trata de cómo encuentran el amor (
Boy Meets Boy, David Levithan).
Estas historias importan, no me mal interpreten, pero creo que también importa incluir y visibilizar a personajes no heterosexuales, no binaries, no heteronormados, en historias que no lleven las siglas LGBTTTIAQ+ en su nombre, ¿me entienden? Historias en las que el súper héroe sea gay pero que su trama no gire alrededor de ser gay; historias en las que la exploradora sea lesbiana o que haya astronautas asexuales y no binaries o intersex... historias en las que pase todo esto y que la trama no sea sobre ser
queer, sino que esto sea un detalle más.
Creo que es importante porque las personas LGBTTTIAQ+ existimos. Esa es la única razón, en realidad. Somos seres humanos y sólo así se normaliza más nuestra existencia. Necesitamos historias en las que haya personajes de todo tipo, de toda orientación sexual, de toda identidad de género, de todo color de piel, con todo tipo de discapacidades, formas y tamaños, porque sólo así nos hacemos visibles.
Tengo algunos ejemplos literarios en los que ocurre el tipo de inclusión y visibilidad a la que me refiero. El primero que me llega a la mente es
La joven ahogada, de Caitlín R. Kiernan. Ésta es una novela de horror en la que su protagonista, Imp, nos habla sobre su encuentro con una mujer misteriosa y lo difícil que es, para ella, saber si lo que cuenta a lo largo de la novela es una historia de fantasmas reales o inventados por su mente. Imp es lesbiana y su relación actual es con una mujer trans. Esos dos detalles son parte de la historia, son importantes para la construcción del personaje, y son elementos que conviven con el resto. Mientras lees, no te olvidas de que Imp es gay y que su novia es trans, pero la historia no regresa a esos detalles, porque el tema central es el horror y el misterio.
También de Kiernan está su cuento
Persephone, que nos habla de Lin, quien por un accidente se rasguña con una espina de una flor tóxica, lo que le provoca una muerte lenta y dolorosa. Todo el relato hace un recuento por la vida de Lin en sus últimas horas, se centra en sus reflexiones, en su delirio por culpa del dolor, y, algo importante, en cómo Deme, su pareja, se niega a dejarla sola en su cuarentena. Las dos mueren juntas.
¿O qué me dicen de lo que pasa en
La lógica inexplicable de mi vida, de Benjamin Alire Sáenz? La novela se centra en Sal, que es un chico adoptado por un padre de ascendencia mexicana, lo que implica que sea latino de corazón aunque no por etnia. Su historia es sobre la identidad cultural, sobre la falta de pertenencia porque es muy blanco para ser mexicano, pero muy mexicano para ser blanco. Mientras nos centramos en su historia, descubrimos que su papá es gay y que lo adoptó después de que la madre biológica de Sal (de quien era mejor amigo) falleciera por una enfermedad. El elemento está ahí, la historia de su padre es importante en la trama, pero la novela no gira alrededor de ello.
Últimamente hay cada vez más historias que incluyen personajes no heterosexuales o heteronormados en sus tramas y eso es bueno. Es bueno y es importante. En muchas historias
young adult, por ejemplo, y eso me encanta. Creo que es por eso que algunas de esas historias YA me gustan mucho, más allá de su trama. Eso me pasó con
The Raven Cycle (Maggie Siefvater) o en
Six of Crows/Crooked Kingdom (Leigh Bardugo).
¿Hay quienes usan esta inclusión para atraer a los lectores? Seguramente. ¿Otros se aprovechan y hacen
queerbaiting? ¡Por supuesto! ¿Hay otros que sólo demuestran su ignorancia al intentar meter con calzador personajes LGBT+ en sus historias? Definitivamente (recordemos el fiasco de
Besos entre líneas, de Esmeralda Verdú y May R. Ayamonte). No me lo tomen a mal: amo las historias que hablan de darte cuenta de tu sexualidad, o con cómo se lidia con el mundo cuando aún hay muchos prejuicios, o en las que sólo se trata de encontrar el amor (yo misma escribo historias como éstas). Sin embargo, también es importante crear y consumir historias en las que haya inclusión, aun cuando ésta no sea el eje central.
Y bueno, no me queda más que pedir su opinión al respecto. Me enfoqué en literatura, en libros, pero si tienen recomendaciones de cómics, relatos, mangas, películas, webcómics, series o cualquier otro tipo de medio en el que se narren historias que sean como las que menciono en el post, no duden en compartirlas.
Yo igual ando recomendando historias (en formatos diferentes) que son LGBT+ o que incluyen personajes que lo son.
Edito para agregar que
encontré esta lista en Goodreads, de libros catalogados como "
Casually Queer" (casualmente queer), y me encanta el término. La descripción indica que son:
Libros que incluyen protagonistas queer [...] o cuya narrativa no está dedicada a ellos saliendo del clóset o su vida en el clóset. Básicamente cualquier libro que tenga personajes no cis o heterosexuales, que no sea sobre su lucha de identidad.
Busquemos más libros casualmente queers.
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