No recuerdo exactamente cuándo decidí que quería convertirme en escritora. Posiblemente en algún momento entre los 10 y los 14 años, que fue cuando me volví lectora también. Lo que sí sé es que siempre me gustó contar historias. De hecho, aunque tuve mi etapa en la que decía que quería ser médico (antes de descubrir que no tengo el estómago para nada de eso), cantante (antes de darme cuenta de que no me apasiona tanto) e, incluso, maestra (lo que actualmente soy), llegó un momento en mi vida en el que decidí que, sin importar aquello a lo que me dedicara, sería escritora.
Escribir es algo que he hecho desde hace muchos años. Comencé escribiendo cuentos. De hecho, recuerdo que uno de mis primeros cuentos escritos (porque historias ya había contado —y olvidado— muchas), fue uno en el que mis amigas de la primaria y yo éramos súper heroínas y salvábamos al mundo de nuestra archi enemiga, que era la niña que nos caía mal. Creo que mi madre aún conserva ese cuento en algún lugar. En secundaria escribí un cuento que era sobre el Apocalipsis y un ángel, y recuerdo, también, que ese cuento se perdió en un concurso que nunca gané, y porque que no fui lo suficientemente lista como para guardar una copia.
Creo que mi estilo de escritura, todo lo que sé sobre escribir (y que he aprendido, la mayor parte del tiempo, sobre la marcha), se define por dos momentos importantes: el fanfiction y mi elección de carrera.
Una parte importante de mi proceso para aprender a escribir, ha sido escribir fanfiction. Ya en otras ocasiones he mencionado que defiendo mucho el fanfic porque, en todos los años que llevo leyendo y escribiéndolos (a estas alturas, ya más de la mitad de mi vida), he encontrado fics que me han llenado más que un libro publicado, porque son mucho mejores que muchos libros que ya han sido corregidos y editados para entrar al mercado editorial. Así que, sí, soy una escritora que ha encontrado en el fanfiction la comodidad para crear historias quizá más flexibles en el sentido de que su lectura no conlleva el rigor ni la crítica que se le dedica a un libro. Y, también, alguien que gracias a ellos es que he experimentado muchísimo al momento de contar una historia.
Gracias al fanfiction, me he permitido escribir historias cortas (de 100 palabras o menos) y textos que podrían ser libros (el más largo es un fic de casi 100 mil palabras). He escrito historias en primera, segunda y tercera persona, en pasado, presente y futuro. Me he permitido ser descriptiva o centrarme en el estudio introspectivo de mis personajes favoritos. Hasta he escrito a las parejas más crack de mis fandoms, sólo por diversión.
Por otro lado, mi elección de carrera también marcó un antes y un después en mi escritura.
Contrario a lo que muchos pensaron cuando estaba por entrar a la universidad, no fue Letras o Literatura lo que al final estudié. Decidí estudiar Comunicación. No entraré en detalles, pero básicamente mi decisión fue tomada al azar y porque, según yo, en Comunicación tendría más posibilidad de desarrollarme profesionalmente. En realidad, no tenía una aspiración profesional, no había una carrera que me viera estudiando o desarrollando a lo largo de mi vida. Sólo sabía que no ir a la universidad no era una opción y que yo lo que quería hacer, era escribir.
En ese entonces, ninguna universidad cercana a mí, ni pública ni privada, tenía la licenciatura en Escritura Creativa y pues, al final, Comunicación pareció una buena idea. Tenía materias de redacción, de historia y de literatura, junto con otras que no tenía idea de para qué eran, pero no sonaban tan mal. Aunque no me dedico al periodismo ni trabajo en medios ni agencias de comunicación, estudiar esta carrera fue lo mejor que pudo pasarme en la vida.
Estudiar Comunicación me enseñó mucho más de lo que yo esperaba de la carrera y si en algo me ayudó, fue a crearme un estilo propio de escritura. Nunca he sido una persona de muchas figuras retóricas, y si las uso es casi de forma inconsciente, así que nunca he tenido la pretensión de hacerme la culta al escribir con metáforas que no me salen bien. Del periodismo aprendí a ser concisa con lo que quiero decir, a buscar la sencillez y la claridad al escribir. No soy muy descriptiva, tampoco. De hecho, las personas suelen decirme que mi estilo de escritura es muy limpio. Ignoro si mi sencillez es buena o mala, pero hasta ahora es lo que a mí me ha funcionado y, por el momento, es como más me gusta escribir.
Todo este proceso para ser escritora no ha sido fácil. De hecho, la mayor parte del tiempo siento que mi trabajo no es lo suficientemente bueno y, hasta hace un par de años, mi idea era publicar algo hasta que fuera “buena”. ¿Pero qué es ser buen escritor? ¿Escribir de forma correcta? ¿Contar una historia que le encante a todo el mundo? ¿Ser innovador? Al final, vi a tantas personas volviéndose escritores gracias a la auto gestión, y pensé que no tenía por qué esperar a ser “buena”, sino simplemente comenzar. Hacerme buena o no, creo que eso se dará con el tiempo. Tampoco creo ser “mala escritora” y, a juzgar por algunos comentarios de personas cuya opinión crítica me es muy valiosa, he tenido unos aciertos en mi escritura por aquí y por allá.
El año pasado fue mi mejor año como escritora en mucho tiempo, creo que desde los 15 años, que escribía todos los días y escribí ese fic de como 100 mil palabras que mencioné antes y que, afortunadamente, eliminé de todos lados porque era muy malo (y sigue persiguiéndome porque de vez en cuando me escriben preguntando por él).
De hecho, 2018 es el primer año en el que, después de un largo proceso, me he permitido decirme a mí misma “escritora” sin sentir que era una falsa, alguien pretendiendo ser quien no soy. Aunque soy una ferviente defensora del fanfiction, por mucho tiempo me creí eso de que escribir fics no te hace un escritor real, por el hecho de tomar prestados personajes y universos. Sin embargo, en mi caso, cuando me di cuenta de que tenía más fics de universos alternos en los que inventaba todo un mundo, que fics fieles al canon de mis fandoms, ahí fue cuando me di cuenta que de había llegado el momento de perderle el miedo a crear desde cero.
No voy a mentir, hay días en los que no me siento escritora y no siento que mi trabajo genere el suficiente impacto en los muchos o pocos que lo han leído. A pesar de esto, en 2018 mi lema personal fue “paso a paso”; así que ahí ando, dando pasos pequeños en esto de convertirme en una escritora profesional. De momento, tengo ya La verdad tras los secretos, una novela corta de fantasía con elementos LGBT+ (y algunos dirían que hasta homoeróticos), y escribí 4 cuentos entre 2 mil y 10 mil palabras el año pasado, algunos de los cuales quisiera publicar en una antología, en algún momento.
Sé que el camino por el que voy es lento y que no estoy siendo muy inteligente en esto del marketing para mi libro, pero voy haciendo las cosas a mi ritmo y, por ahora, estoy contenta con eso. Pero no se crean, el libro tiene que estar el libro a la venta en Amazon lo antes posible, porque lo he estado postergando desde hace meses.
Escribir es algo que he hecho desde hace muchos años. Comencé escribiendo cuentos. De hecho, recuerdo que uno de mis primeros cuentos escritos (porque historias ya había contado —y olvidado— muchas), fue uno en el que mis amigas de la primaria y yo éramos súper heroínas y salvábamos al mundo de nuestra archi enemiga, que era la niña que nos caía mal. Creo que mi madre aún conserva ese cuento en algún lugar. En secundaria escribí un cuento que era sobre el Apocalipsis y un ángel, y recuerdo, también, que ese cuento se perdió en un concurso que nunca gané, y porque que no fui lo suficientemente lista como para guardar una copia.
Creo que mi estilo de escritura, todo lo que sé sobre escribir (y que he aprendido, la mayor parte del tiempo, sobre la marcha), se define por dos momentos importantes: el fanfiction y mi elección de carrera.
Una parte importante de mi proceso para aprender a escribir, ha sido escribir fanfiction. Ya en otras ocasiones he mencionado que defiendo mucho el fanfic porque, en todos los años que llevo leyendo y escribiéndolos (a estas alturas, ya más de la mitad de mi vida), he encontrado fics que me han llenado más que un libro publicado, porque son mucho mejores que muchos libros que ya han sido corregidos y editados para entrar al mercado editorial. Así que, sí, soy una escritora que ha encontrado en el fanfiction la comodidad para crear historias quizá más flexibles en el sentido de que su lectura no conlleva el rigor ni la crítica que se le dedica a un libro. Y, también, alguien que gracias a ellos es que he experimentado muchísimo al momento de contar una historia.
Gracias al fanfiction, me he permitido escribir historias cortas (de 100 palabras o menos) y textos que podrían ser libros (el más largo es un fic de casi 100 mil palabras). He escrito historias en primera, segunda y tercera persona, en pasado, presente y futuro. Me he permitido ser descriptiva o centrarme en el estudio introspectivo de mis personajes favoritos. Hasta he escrito a las parejas más crack de mis fandoms, sólo por diversión.
Por otro lado, mi elección de carrera también marcó un antes y un después en mi escritura.
Contrario a lo que muchos pensaron cuando estaba por entrar a la universidad, no fue Letras o Literatura lo que al final estudié. Decidí estudiar Comunicación. No entraré en detalles, pero básicamente mi decisión fue tomada al azar y porque, según yo, en Comunicación tendría más posibilidad de desarrollarme profesionalmente. En realidad, no tenía una aspiración profesional, no había una carrera que me viera estudiando o desarrollando a lo largo de mi vida. Sólo sabía que no ir a la universidad no era una opción y que yo lo que quería hacer, era escribir.
En ese entonces, ninguna universidad cercana a mí, ni pública ni privada, tenía la licenciatura en Escritura Creativa y pues, al final, Comunicación pareció una buena idea. Tenía materias de redacción, de historia y de literatura, junto con otras que no tenía idea de para qué eran, pero no sonaban tan mal. Aunque no me dedico al periodismo ni trabajo en medios ni agencias de comunicación, estudiar esta carrera fue lo mejor que pudo pasarme en la vida.
Estudiar Comunicación me enseñó mucho más de lo que yo esperaba de la carrera y si en algo me ayudó, fue a crearme un estilo propio de escritura. Nunca he sido una persona de muchas figuras retóricas, y si las uso es casi de forma inconsciente, así que nunca he tenido la pretensión de hacerme la culta al escribir con metáforas que no me salen bien. Del periodismo aprendí a ser concisa con lo que quiero decir, a buscar la sencillez y la claridad al escribir. No soy muy descriptiva, tampoco. De hecho, las personas suelen decirme que mi estilo de escritura es muy limpio. Ignoro si mi sencillez es buena o mala, pero hasta ahora es lo que a mí me ha funcionado y, por el momento, es como más me gusta escribir.
Todo este proceso para ser escritora no ha sido fácil. De hecho, la mayor parte del tiempo siento que mi trabajo no es lo suficientemente bueno y, hasta hace un par de años, mi idea era publicar algo hasta que fuera “buena”. ¿Pero qué es ser buen escritor? ¿Escribir de forma correcta? ¿Contar una historia que le encante a todo el mundo? ¿Ser innovador? Al final, vi a tantas personas volviéndose escritores gracias a la auto gestión, y pensé que no tenía por qué esperar a ser “buena”, sino simplemente comenzar. Hacerme buena o no, creo que eso se dará con el tiempo. Tampoco creo ser “mala escritora” y, a juzgar por algunos comentarios de personas cuya opinión crítica me es muy valiosa, he tenido unos aciertos en mi escritura por aquí y por allá.
El año pasado fue mi mejor año como escritora en mucho tiempo, creo que desde los 15 años, que escribía todos los días y escribí ese fic de como 100 mil palabras que mencioné antes y que, afortunadamente, eliminé de todos lados porque era muy malo (y sigue persiguiéndome porque de vez en cuando me escriben preguntando por él).
De hecho, 2018 es el primer año en el que, después de un largo proceso, me he permitido decirme a mí misma “escritora” sin sentir que era una falsa, alguien pretendiendo ser quien no soy. Aunque soy una ferviente defensora del fanfiction, por mucho tiempo me creí eso de que escribir fics no te hace un escritor real, por el hecho de tomar prestados personajes y universos. Sin embargo, en mi caso, cuando me di cuenta de que tenía más fics de universos alternos en los que inventaba todo un mundo, que fics fieles al canon de mis fandoms, ahí fue cuando me di cuenta que de había llegado el momento de perderle el miedo a crear desde cero.
No voy a mentir, hay días en los que no me siento escritora y no siento que mi trabajo genere el suficiente impacto en los muchos o pocos que lo han leído. A pesar de esto, en 2018 mi lema personal fue “paso a paso”; así que ahí ando, dando pasos pequeños en esto de convertirme en una escritora profesional. De momento, tengo ya La verdad tras los secretos, una novela corta de fantasía con elementos LGBT+ (y algunos dirían que hasta homoeróticos), y escribí 4 cuentos entre 2 mil y 10 mil palabras el año pasado, algunos de los cuales quisiera publicar en una antología, en algún momento.
Sé que el camino por el que voy es lento y que no estoy siendo muy inteligente en esto del marketing para mi libro, pero voy haciendo las cosas a mi ritmo y, por ahora, estoy contenta con eso. Pero no se crean, el libro tiene que estar el libro a la venta en Amazon lo antes posible, porque lo he estado postergando desde hace meses.
6 comentarios
Yo también estudie periodismo para ser escritora, básicamente. Siempre senti que el periodismo no me llenaba del todo y que si bien la realidad es impresionante, también me gusta poder inventar y crear cosas que no existen. Como tu, he escrito cuentos y relatos y tengo una idea de una novela hace tiempo pero aun no me decido a escribirla. Espero pronto llegue le momento que se me quite el miedo y por fin me siente a hacerlo. Un abrazo.
ResponderEliminarCreo que, cuando se tiene aspiración literaria, el periodismo es una excelente opción. Y como dices, la realidad es impresionante, pero yo, al final, siempre opto por la ficción. Ánimo con tus proyectos, yo sé que pronto te animarás y yo estaré para apoyarte :D
EliminarGracias por el ánimo, espero poder empezar a hacerlo pronto.
Eliminar;) <3
EliminarQue linda entrada, en serio, tus palabras me encantaron, gracias por compartirlas. Me gusta pensar que los años y las experiencias que vivimos nos van moldeando para que podamos llegar a ser quienes queremos ser. Muchos ánimos! Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por leerlas y darte el tiempo para comentar <3
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