All the light we cannot see, de Anthony Doerr

DOERR, Anthony. All the light we cannot see. Scribner Publishing. 2014. 530 páginas.

★★★★★

“Open your eyes and see what you can with them before they close forever.”

Marie-Laure vive con su padre en París. Todos los días lo acompaña al Museo de Historia Natural, donde él trabaja, y pasea por sus pasillos o habla con sus investigadores. A los seis años, queda ciega y su padre —un cerrajero experto—, le construye un modelo a escala de la zona de la ciudad en la que viven, con la intención de que Marie-Laure memorice sus calles y pueda moverse sola por ellas. Ambos se ven forzados a huir de París cuando Francia es ocupada por los nazis y se refugian en Saint-Malo, en donde vive el tío abuelo de Marie-Laure, un hombre agorafóbico, con recuerdos demasiado vívidos de la pasada gran guerra y un gran interés —¿amor?— por un viejo aparato transmisor... mismo que será de gran importancia para la resistencia.

Werner es huérfano; él y su hermana Jutta viven en un orfanato en Alemania y su mente ávida de conocimiento le lleva a cuestionar todo y descubrir el mundo y su ciencia poco a poco. Cuando comienza su adolescencia, Werner es admitido como estudiante en una academia de élite de las Juventudes Hitlerianas —en donde aplica más por necesidad que por convicción—, en la cual su capacidad para construir y comprender el funcionamiento de las cosas sale a relucir. Finalmente es asignado a una unidad de reconocimiento encargada de buscar frecuencias radiofónicas enemigas, lo cual lo lleva a Saint-Malo.


Sus historias, tan distintas una de la otra, no tendrían por qué converger en algún momento... y sin embargo, lo hacen. 

All the light we cannot see fue la novela ganadora del Premio Pulitzer de Ficción en 2015. Es una novela que te cuenta tres historias al mismo tiempo: la de Marie-Laure, la de Werner y la de una joya maldita buscada por un hombre obsesionado con ella. Los capítulos son muy cortos, de no más de tres páginas, y eso hace que la lectura sea veloz. Cada capítulo, aunque siguen una cronología, no necesariamente ocurre después del anterior, sino que hay saltos temporales entre uno y otro. Saltos que pueden ser de sólo un día o de años completos, pero que poco a poco van trazando un mapa en la historia y llenando los huecos que hay en ella. 

Sin duda con este libro, Doerr nos cuenta una historia conmovedora, y muy importante, una historia bellamente escrita. Aunque no le tomé gusto desde el comienzo, poco a poco me fue enganchando hasta que quedé atrapada completamente. Ésta es una historia sobre la guerra, sí, y en ella hay miedo, dolor y desesperación. Pero es más que eso: es sobre cómo a pesar de la crueldad, aún hay espacio para un poco de esperanza y amor, pero el amor por las historias, por el conocimiento y por los sueños.

Hay quienes piensan que la obra peca de sentimental y por ser un intento de romantizar un episodio tan oscuro en la historia de la humanidad. Quizá lo es y quizá lo hace, pero es una historia sobre el crecimiento, sobre la pérdida de la inocencia por culpa de la guerra, con una prosa que te llena de imágenes, para bien o para mal.

“So how, children, does the brain, which lives without a spark of light, build for us a world full of light?”