El blog cumplió cuatro años en abril y como seguramente han notado aquellos que me siguen desde hace un tiempo, soy tan distraída que normalmente me acuerdo de los aniversarios del blog hasta mucho tiempo después. No obstante, hoy quiero hablar con ustedes sobre mi experiencia con este blog y lo que me ha dejado este tiempo con Palabras y letras.
Cuando comencé con el blog no tenía muchas expectativas al respecto, y eso sigue en la descripción del blog: “Quizá Palabras y letras será un blog más del montón y nadie lo leerá. Eso realmente no me importa.”. Y creo que me he mantenido fiel a esa idea, no porque no le dé importancia a las personas que siguen mis desvaríos, pero sí porque tampoco es algo digno de un drama el hecho de no tener la cantidad de seguidores que sí tienen otras personas que llegaron al mundo bloguero después que yo.
Comenzar un blog no es sencillo. Necesita mucho más que tener un tema y simplemente ponerte a escribir. En mi caso, ha necesitado tiempo que a veces no tengo, cierto equipo técnico, inspiración que no siempre llega y también, dinero. Dinero para comprar el dominio y para dejar el blog más o menos decente con una plantilla que compré hace un tiempo (pues si bien es cierto que sé hacer plantillas, el resultado de mi trabajo no me convencía del todo).
A pesar de todo, iniciar el blog es, irónicamente, la parte más sencilla de ser bloguero. ¿Cuál es entonces esa parte complicada? La constancia: tener el temple para actualizar constantemente, para traer material nuevo y para escribir sobre algunos otros temas.
Para mí, es precisamente esa constancia la que me ha costado un poco de trabajo tener, y si se dan cuenta, ha disminuido la cantidad de posts que realizo en un mes desde que comencé el blog. Debemos considerar que cuando empecé, estaba recién egresada de la universidad y desempleada, por lo que tenía mucho más tiempo para leer y escribir. Ahora, si bien leo más o menos la misma cantidad de libros, el hecho de tener dos empleos (uno más demandante que el otro, sí, pero dos a fin de cuentas), hace que haya días que no tenga tiempo o ganas de escribir para el blog.
¿Qué es, entonces, lo que me ha dejado el hecho de tener este blog?
La respuesta a esa pregunta es sencilla:
- La posibilidad de pulir mi propio estilo al escribir las reseñas y opiniones de este espacio, porque creo que mi manera de escribirlas y/o presentarlas, es única y diferente a la de otras personas. Palabras y letras tiene su propia esencia.
- Amistades que valoro mucho y personas con las que, espero, podría tener una amistad muy bonita. También el hecho de poder compartir opiniones similares (y otras no tanto) con personas diferentes y a las que espero ver frente a frente algún día.
- Me ha permitido conocer libros y autores que, en otras circunstancias, quizá nunca habría volteado a ver.
- Y también, gracias al blog, he podido involucrarme en otras iniciativas y en algunos proyectos que, espero, muestren sus frutos en un futuro.
Saben bien que aprecio mucho este blog, lo que he hecho en él y a las personas que he conocido gracias a él, así que, si me ven un poco desaparecida, no se preocupen: Palabras y letras tiene una vida un poco lenta, pero sigue aquí y por aquí nos seguiremos leyendo.
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