lunes, mayo 29, 2017

Mi experiencia bloguera


El blog cumplió cuatro años en abril y como seguramente han notado aquellos que me siguen desde hace un tiempo, soy tan distraída que normalmente me acuerdo de los aniversarios del blog hasta mucho tiempo después. No obstante, hoy quiero hablar con ustedes sobre mi experiencia con este blog y lo que me ha dejado este tiempo con Palabras y letras

Cuando comencé con el blog no tenía muchas expectativas al respecto, y eso sigue en la descripción del blog: “Quizá Palabras y letras será un blog más del montón y nadie lo leerá. Eso realmente no me importa.”. Y creo que me he mantenido fiel a esa idea, no porque no le dé importancia a las personas que siguen mis desvaríos, pero sí porque tampoco es algo digno de un drama el hecho de no tener la cantidad de seguidores que sí tienen otras personas que llegaron al mundo bloguero después que yo.

Comenzar un blog no es sencillo. Necesita mucho más que tener un tema y simplemente ponerte a escribir. En mi caso, ha necesitado tiempo que a veces no tengo, cierto equipo técnico, inspiración que no siempre llega y también, dinero. Dinero para comprar el dominio y para dejar el blog más o menos decente con una plantilla que compré hace un tiempo (pues si bien es cierto que sé hacer plantillas, el resultado de mi trabajo no me convencía del todo). 

A pesar de todo, iniciar el blog es, irónicamente, la parte más sencilla de ser bloguero. ¿Cuál es entonces esa parte complicada? La constancia: tener el temple para actualizar constantemente, para traer material nuevo y para escribir sobre algunos otros temas. 

Para mí, es precisamente esa constancia la que me ha costado un poco de trabajo tener, y si se dan cuenta, ha disminuido la cantidad de posts que realizo en un mes desde que comencé el blog. Debemos considerar que cuando empecé, estaba recién egresada de la universidad y desempleada, por lo que tenía mucho más tiempo para leer y escribir. Ahora, si bien leo más o menos la misma cantidad de libros, el hecho de tener dos empleos (uno más demandante que el otro, sí, pero dos a fin de cuentas), hace que haya días que no tenga tiempo o ganas de escribir para el blog. 

¿Qué es, entonces, lo que me ha dejado el hecho de tener este blog?

La respuesta a esa pregunta es sencilla:
  • La posibilidad de pulir mi propio estilo al escribir las reseñas y opiniones de este espacio, porque creo que mi manera de escribirlas y/o presentarlas, es única y diferente a la de otras personas. Palabras y letras tiene su propia esencia.
  • Amistades que valoro mucho y personas con las que, espero, podría tener una amistad muy bonita. También el hecho de poder compartir opiniones similares (y otras no tanto) con personas diferentes y a las que espero ver frente a frente algún día.
  • Me ha permitido conocer libros y autores que, en otras circunstancias, quizá nunca habría volteado a ver.
  • Y también, gracias al blog, he podido involucrarme en otras iniciativas y en algunos proyectos que, espero, muestren sus frutos en un futuro.
Claro que no todo ha sido miel sobre hojuelas, pero sobre eso hablaré en otra ocasión. Hoy quise hacer este post más bien como un agradecimiento por todo lo que he vivido gracias al blog, sí, pero también gracias a todos los que me leen. 

Saben bien que aprecio mucho este blog, lo que he hecho en él y a las personas que he conocido gracias a él, así que, si me ven un poco desaparecida, no se preocupen: Palabras y letras tiene una vida un poco lenta, pero sigue aquí y por aquí nos seguiremos leyendo.

lunes, mayo 15, 2017

Sueño, de Haruki Murakami e ilustraciones de Kat Menschik


MURAKAMI, Haruki. Sueño. Libros del Zorro Rojo. 2013. 80 páginas. 
★★★

¿Qué harías si un día simplemente dejaras de dormir? No en un insomnio desesperado que te hiciera perder poco a poco la razón, sino uno que te ocurriera porque simplemente no sintieras deseos de quedarte dormido. ¿En qué emplearías tu tiempo? Y, más importante, ¿se lo dirías a alguien a riesgo de que te crean enfermo y te internen en algún hospital?

Esto es precisamente lo que ocurre en Sueño, cuento publicado por primera vez en 1990. En esta historia, la protagonista (cuyo nombre nunca conocemos), una joven ama de casa, simplemente deja de dormir. Algo similar le había pasado en sus años universitarios, durante los cuales había sufrido un insomnio terrible que la dejaba agotada y en la desesperación total. Ahora, lleva 17 días sin dormir, y en vez de que el cansancio la domine poco a poco, ocurre todo lo contrario: está llena de energía.

Las noches, antes dedicadas a dormir, ahora las usa para leer y, en especial, para reflexionar sobre su vida, su esposo, su hijo, y la rutina en la que se encuentra desde el momento en el que contrajo matrimonio. Poco a poco, esos momentos dedicados a ella misma y a redescubrir lo que más le apasiona, la convierten en una mujer diferente, más alegre y con unos años menos encima.





Sin embargo, con el paso de los días, la falta de sueño muestra sus consecuencias, hasta que finalmente pierde la noción de la realidad, aunque se siga aferrando a mantener el secreto de su condición. De pasar las noches leyendo y releyendo Anna Karenina, comienza un vagabundeo que la lleva por las calles desérticas de la ciudad.

Este libro lo compré en un paquete que contiene, además, otros dos títulos: Asalto a las panaderías y La biblioteca secreta. Las ilustraciones corren a cargo de la alemana Kat Menschik, quien reconstruye con sus imágenes los momentos más oníricos del relato. La edición, en tinta azul y plateada, ayuda a tener esa impresión de que todo forma parte de un sueño. Sueño también se encuentra editado en El elefante desaparece, colección de relatos breves publicada en español por Tusquets.



miércoles, mayo 03, 2017

Mi amigo Capricornio, de Otsuichi, ilustraciones de Masaru Miyokawa



OTSUICHI/Miyokawa, Masaru. Mi amigo capricornio. Milky Way Ediciones, 2016, 226 páginas. 
★★★

La casa de Yuuya Matsuda tiene algo especial. Como está ubicada en lo alto de una colina, el viento la golpea con una fuerza increíble. Eso ocasiona que al balcón de su habitación, arrastrados por el viento, siempre lleguen diferentes objetos, desde libros y ropa, hasta juguetes y cosas tan extrañas como un cachorro.
© Palabras y letras. Design by Eve.