Todo bloguero se ha encontrado en esta situación: tienes temas de los cuales escribir, ideas que quieres desarrollar en uno o varios posts... tienes el material gráfico y a veces audiovisual para sustentar tus ideas. Tienes la música perfecta o el sonido de fondo perfecto para inspirarte y comenzar a trabajar en ese post que, en tu mente se ve perfecto. Entonces abres Word o Blogger o el sitio en el que te sientes cómodo escribiendo y nada. Pasan dos minutos, y nada. Pasa una hora, y nada. Te distraes con Twitter, con otros blogs y piensas seriamente en escuchar esa playlist que encontraste en Spotify llamada Deep Dark Indie porque las palabras simplemente no llegan a ti.

Porque el bloqueo lector es muy mainstream y lo de hoy es tener bloqueo bloguero, hoy hablemos un poco de ello.

Cuando el príncipe Damianos, heredero al trono de Akielos, es acorralado en su propia habitación por órdenes de su medio hermano, la lógica le dice que está por morir. Cuando en vez de ser ejecutado, es hecho esclavo y obligado a partir a Vere, el país enemigo, es obvio que la muerte era una salida demasiado fácil. Despojado de su identidad, es entregado al príncipe Laurent de Vere como su esclavo personal.

El problema no es ser un esclavo, porque intentar un escape no es tan descabellado. No, el verdadero problema es que Damianos es la última persona a quienes los habitantes de Vere desearían tener con vida. Así que Damen se ve obligado a ocultar su identidad y a descubrir no sólo cómo es la vida de un esclavo, sino cómo es que son las cosas en Vere, una nación tan distinta a la suya.

Nunca me he considerado una lectora veloz. De hecho debo admitir que hasta uno o dos años antes de comenzar con el blog, leía realmente lento, posiblemente un libro por mes, si no es que menos. Aún ahora, que me ayudo de los retos de lectura (especialmente el de Gooreads) para incentivarme a leer cada vez más, leo lento. Así que hoy quiero hablar un poco sobre eso. 

Pero lento para mí, a estas alturas de mi vida, es leer un libro en más de una semana, así que es una cuestión de percepción nada más. Leo, digamos, a una velocidad moderada, porque sé que hay quienes tardan mucho más en leer un libro. Definitivamente no me comparo para nada con los que leen de tres a cuatro libros por semana (o los que dicen leer cuatro libros en un día). La velocidad de lectura no es algo que me preocupe porque finalmente no me pagan por leer y objetivamente hablando, no ocurre realmente nada si tardo un año en leer un libro. Eso sí, si me dan a elegir, prefiero no demorarme tanto.